Durante la estación reproductiva (primavera-verano en nuestra región), las yeguas suelen ovular cada 21 días (18-24 días). Una vez inseminada la yegua, el diagnóstico de gestación podrá realizarse a los 12-14 días.

La gestación en yeguas suele durar 11 meses (330-340​ días, incluso 360). Durante esta, pueden suceder diversos problemas que afecten a la preñez, por lo que se debe llevar un control ecográfico periódico para diagnosticar de forma temprana problemas como la muerte embrionaria temprana ("reabsorción"), abortos, placentitis...  Además, es crucial llevar a cabo un adecuado programa vacunal para minimizar riesgos y asegurar una correcta inmunidad pasiva del potro.

El parto no debe durar más de 20-30 minutos, por lo que si observa dificultades/anomalías durante el mismo es importante avisar a un veterinario de forma urgente. A su vez, aunque el parto transcurra sin complicaciones, si el potro nace antes de los 320 días de gestación se le considerará prematuro y requerirá ser examinado por un veterinario. 

Incluso cuando el parto se desarrolla sin problemas y el potro está sano, es recomendable que un veterinario examine tanto a la yegua como al potro para descartar posibles complicaciones (retención de placenta, rotura de costillas del recién nacido...).

Tras el parto, los potros deben ser capaces de ponerse en pie a lo largo de su primera hora de vida y de mamar en sus primeras 2-3h.

Es de suma importancia asegurar que el potro recibe el calostro suficiente durante sus primeras horas, ya que es la forma en la que adquieren la inmunidad pasiva de la madre. Durante las primeras 12h de vida son capaces de absorber el 50% de los anticuerpos que ingieren, pero este porcentaje va disminuyendo hasta desaparecer a las 24h de vida, por lo que si el potro no es capaz de mamar hay que actuar lo antes posible.

Si observa cualquier anomalía durante el parto o en la conducta/estado del recién nacido, llame y será atendido a la mayor brevedad posible.